ORACION DE LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN MARIA

ORACIÒN DE LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN MARIA
“EL CAMINO PARA PENETRAR EN LOS SUFRIMIENTOS DEL HIJO, ES PENETRAR EN LOS SUFRIMIENTOS DE LA MADRE” (Cardenal J. H. Newman).

PRIMER DOLOR
La profesìa de Simeòn en la Presentaciòn del Niño Jesùs
Vìrgen Marìa, por el dolor que sentiste cuando Simeòn te anunciò que una espada de dolor atravesarìa tu alma, por los sufrimientos de Jesùs, y ya, en cierto modo te manifestò que tu participaciòn en nuestra redenciòn como corredentora serìa a base de dolor; te acompañamos en este dolor… Y, por los mèritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.
Dios te salve Marìa, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesùs.  Santa Marìa, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amèn.
SEGUNDO DOLOR
La huìda a Egipto con Jesùs y Josè
Vìrgen Marìa, por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño;  al poco de nacer ya era perseguido de muerte el que precisamente habìa venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor… Y, por los mèritos del mismo, haz que sepamos huìr siempre de las tentaciones del demonio.
Dios te salve Marìa, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesùs.  Santa Marìa, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amèn.
TERCER DOLOR
La pèrdida de Jesùs
Vìrgen Marìa, por las làgrimas que derramaste y dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres dias buscàndolo angustiada; pensarìas què le habrìa  podido ocurrir en una edad en que todavìa dependìa de tu cuidado y  de San Josè;  te acompañamos en este dolor… Y, por los mèritos del mismo, haz que los jòvenes no se pierdan por malos caminos.
Dios te salve Marìa, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesùs.  Santa Marìa, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amèn
CUARTO DOLOR
El encuentro de Jesùs con la cruz a cuestas camino del calvario.
Vìrgen Marìa, por las làgrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargando con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Êl, que era creador de la vida, aceptò por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente, muerte de cruz, despuès de haber sido azotado como si fuera un malhechor y siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñìrsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavàndole las espìnas en la frente, y aunque le ocasionarìan un gran dolor fìsico, aùn mayor serìa el dolor espiritual por ser una burla y una humillaciòn tan grande; sufriò y se humillo hasta lo indecible para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor… Y, por los mèritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y  sepamos ser humildes como Èl lo fue.
Dios te Salve Marìa, llena eres de gracia, ….
QUINTO DOLOR
La crucifixiòn y la agonìa de Jesùs
Vìrgen Marìa, por las làgrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadìsimo Hijo, y luego el verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevò su pasiòn hasta la muerte y èste era el momento cumbre de su pasiòn; tu misma tambièn te sentirìas morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.
Dios te Salve Marìa, llena eres de gracia,….
SEXTO DOLOR
La lanzada y el recibir en brazos a Jesùs ya muerto
Vìrgen Marìa, por las làgrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazòn de tu Hijo; sentirìas como si la hubieran dado en tu propio corazòn; el Corazòn Divino, sìmbolo del gran amor que Jesùs tuvo ya no solamente a Tì como Madre, sino tambièn a nosotros por quienes dio la vida; Y Tù , que habìas tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvìan muerto, vìctima de la maldad de algunos hombres y tambièn vìctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor… Y,  por los mèritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesùs, como Êl nos amò.
Dios te Salve Marìa, llena eres de gracia…
SEPTIMO DOLOR
El entierro de Jesùs y la soledad de Marìa
Vìrgen Marìa, por las làgrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; Êl, que era creador , dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevò su humillaciòn hasta el ùltimo momento; Y aunque Tù supieras que al tercer dìa resucitarìa, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesùs por la muerte màs injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte màs ignominiosa, tan caro pagò nuestro rescate por nuestros pecados; Y Tù, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos; y ahora te quedaste sola, llena de aflicciòn; te acompañamos en este dolor… Y, por los mèritos del mismo, concèdnos a cada uno de nosotros, la gracia particular que te pedimos…
(EN ESTE MOMENTO HAS TU PETICION, CON PLENA CONFIANZA Y FE)
Dios te Salve Marìa, llena eres de gracia, …

PRIVILEGIOS PARA QUIEN PRACTIQUE ESTA DEVOCIÒN
En revelaciòn particular a Santa Brìgida, debidamente aprobada por la Iglesia, Nuestra Señora promete conceder siete gracias a quienes recen, cada siete Ave Marìas, en honra de sus dolores y làgrimas.
ESTAS SON LAS PROMESAS
·         Pondrè paz en sus familias
·         Seràn iluminados sobre los Divinos Misterios
·         Seràn consolados en sus penas y les acompañarè en sus aflicciones
·         Todo lo que pidieren les serà concedido, siempre y cuando no se oponga a la adorable Voluntad de mi Divino Hijo y a la santidad e sus almas.
·         Les defenderè en los combates espirituales contra el enemigo infernal y seràn protegidos en todos los instantes de su vida.
·         Les asistirè visiblemente en el momento de su muerte y veràn el rostro de su Madre Santìsima
·         Obtendrè de Mi Hijo, para los que propaguen esta devocion  (A mis Làgrimas y Dolores), que sean trasladados directamente de esta vida terrenal a la felicidad eterna y Mi Hijo y Yo seremos su eterna consolaciòn y alegrìa.